Resumen: |
La desigualdad remite a la asimetría, que socialmente se plasma en jerarquías en dominación, subordinación, en inclusiones o exclusiones, y en su extremo en opresión. Remite, pues, a juegos de poder que para materializarse requieren algo más que una lógica binaria estructuradoras, y en algunos casos algo menos que recursos técnicos, instrumentales y de procedimientos; vale decir, a una dimensión simbólica que estructura nuestra realidad interhumana y nuestros propios procesos de subjetivación.
Situarse en este campo abrió la posibilidad para pensar la calidad de construcción cultural de las diferencias sexuales, de las identidades de género, de su función y relevancia en las organizaciones sociales, y desde luego el papel innegable que opera en la estructuración de la igualdad y la desigualdad en la historia de nuestras sociedades. |