| Resumen: |
Las mujeres, excluidas históricamente de la política, han estado alejadas del poder; son o han sido, las grandes ausentes. Es por ello lógica la desconfianza histórica que las mujeres han tenido o desarrollado hacie el poder, partiendo de su exclusión sel mismo, incluso su rechazo directo y frontal por parte de algunos sectores. Hay una fuerte reticencia desde la extrañesa como forma práctica basada en la experiencia social y personal de las mujeres, hasta la denegación, como modo verbal, esto es, su indecibilidad.
Los hombres suelen asociar el poder con posición y rango; las mujeres ven el poder más a menudo como una retícula de conexiones humanas visibles. Además para un hombre el puesto de poder es lo principal en su vida, mientras que para la mujer es una función más de todo lo que se consideran son, y quizás no la más importante. |
