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El artículo denuncia la situación vulnerable en que viven los homosexuales en el estado mexicano de Chiapas. Brito señala una serie de asesinatos ocurridos en ese estado. Desde junio de 1991, hasta la aparición de este número de la revista, de acuerdo a la versión oficial de la Procuraduría de Justicia del estado, han sido privados de la vida nueve homosexuales, que ascienden a muchos más según fuentes extraoficiales. Ocurren una serie de irregularidades cometidas por las autoridades estatales encargadas de impartir justicia: búsqueda de "culpables" entre las víctimas sobrevivientes, clausura de "tugurios", arrestos sin orden judicial alguna, hostigamiento contra los periodistas que informan "verazmente" de los homicidios, y presentan a culpables fabricados que declaran bajo tortura. Brito enfatiza en la homofobia presente en algunos medios de comunicación, en ciertos sectores de la sociedad, en la Iglesia católica, y en los vacíos y ambigüedades jurídicos sobre conductas consideradas "inmorales", haciendo que todo confluya en una discriminación hacia todo aquel que no entre en las prácticas y conductas consideradas "normales" |
