Resumen: |
Se discute en torno a "la paridad" en la política francesa, la lucha de las mujeres por alcanzar la igualdad efectiva entre los hombres y las mujeres en los órganos de decisión. La polémica en ese país sobre el tema, demuestra que la idea de paridad hace flaquear el vago concenso que parecía existir en Francia sobre la igualdad de los sexos y la lucha feminmista en general. Por tal motivo, la autora plantea por una parte, una reflexión filosófica por su argumento, y por otra, una toma de posición por los temas que asume, para demostrar que es inncesario querer ignorar tajantemente el hecho de que el hombre está dividido. La diversidad, la asimetría y también la conflicitvidad a la que da lugar son una suerte y no "un maldición", tanto para los hombres como para los pueblos. La autora subraya que por encima de las diferencias posibles entre los sexos es imprecindible que se conceda importancia a ese valor: la mezcla universal de la humanidad, que deberá conducir al reconocimiento del otro |